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Estrategias para Niños con Autismo de 3 a 5 Años: En Casa, en el Parque y de Visita Familiar

Cuando tu hijo se encuentra en el espectro autista y tiene entre 3 y 5 años, el mundo se convierte en un espacio lleno de oportunidades y, al mismo tiempo, desafíos. A esta edad, muchos niños empiezan la etapa preescolar, desarrollan nuevas habilidades sociales y van descubriendo su autonomía. Sin embargo, situaciones cotidianas como permanecer en casa, salir al parque o visitar a un familiar pueden requerir un enfoque adaptado a sus necesidades singulares. En este artículo, exploraremos de forma extensa una serie de estrategias prácticas que te ayudarán a guiar y acompañar a tu hijo en distintos contextos, fomentando su bienestar emocional, social y sensorial.



1. Conociendo las Necesidades Sensoriales y Emocionales (3-5 Años)


1.1. Etapa de Mayor Independencia


Entre los 3 y 5 años, los niños con autismo suelen dar pasos importantes en su desarrollo comunicativo, motor y social. Algunos pueden adquirir vocabulario adicional, otros comienzan a mejorar sus interacciones con compañeros o familiares y la mayoría experimenta un deseo creciente de autonomía. Sin embargo, también podrían surgir temores a nuevos entornos, sobrecargas sensoriales y conductas repetitivas que denotan la necesidad de seguridad.


  • Señales de Sobrecarga: Puesto que la percepción sensorial suele ser distinta en el autismo, presta atención a conductas de incomodidad cuando hay ruidos fuertes, iluminación intensa o cambios bruscos de temperatura. El niño podría expresar rechazo llorando, tapándose los oídos, evitando la mirada o alejándose.

  • Cambios Emocionales: El paso de la rabia a la calma puede ser más lento. Aprende a identificar factores desencadenantes de frustración para anticiparte a las situaciones.


1.2. Importancia de la Evaluación Personalizada


Durante esta etapa, contar con el apoyo de profesionales, como terapeutas ocupacionales, psicólogos y logopedas, es esencial. No sólo te orientarán sobre la intervención en casa, sino que evaluarán posibles adaptaciones para el entorno escolar, confirmando qué estrategias sensoriales, comunicativas y motoras resultan más adecuadas.


2. Estrategias en Casa: Creando un Entorno Seguro y Estimulante


2.1. Rutinas Claras y Flexibles


A los niños con autismo les proporciona seguridad saber qué va a suceder en cada momento del día. Diseñar una rutina visual, con pictogramas o imágenes, permite que tu hijo anticipe las actividades:


  • Horarios Estructurados: Emplea soportes visuales para señalar la hora de comer, la siesta, el juego y la hora del baño. Anima a tu hijo a consultar el horario cuando quiera saber qué sigue.

  • Adaptaciones Graduales: Mantén una rutina estable, pero incluye cambios suaves y progresivos para que aprenda a manejar las variaciones.




2.2. Comunicación y Lenguaje

Entre los 3 y 5 años, muchos niños consoliden su capacidad de expresión verbal y comprensión; sin embargo, otros pueden requerir sistemas alternativos o mayor estimulación:


  • Ampliar el Vocabulario: Usa libros ilustrados, tarjetas de palabras y canciones interactivas que combinen gestos y expresión oral. Repite las palabras de forma clara y celebra los intentos de imitación.


  • SAAC (Sistemas de Comunicación Aumentativa y Alternativa): Para niños con más dificultades en el habla, los tableros de comunicación o aplicaciones tecnológicas pueden ser un gran respaldo. Permiten al pequeño solicitar objetos (“quiero agua”) y expresar sensaciones (“estoy cansado”) de manera efectiva.


2.3. Adaptaciones Sensoriales y Lúdicas en Casa


Un hogar seguro y enriquecido sensorialmente contribuye al desarrollo global de tu hijo:


  • Rincón de Calma: Crea un espacio con cojines suaves, luces tenues y quizás una música suave o un juguete favorito para que se refugie cuando sienta sobrecarga sensorial.

  • Estimulación Táctil y Motora: Disponer de plastilina, arena cinética, o un simple recipiente lleno de arroz y lentejas ayuda a canalizar la curiosidad y la exploración. En estos juegos, el niño desarrolla habilidades motoras finas y regula su sensibilidad al tacto.


3. Preparando la Salida al Parque: Ejercicio y Socialización


3.1. Antes de Salir: Anticipación y Planificación


Ir al parque es una experiencia emocionante, pero puede representar un reto si el niño se enfrenta a estímulos nuevos o bullicio:


  • Explicar con Anticipación: Háblale sobre lo que van a hacer, mostrándole fotos del parque o usando un calendario visual para indicar “vamos al parque a jugar con los columpios”.

  • El Tiempo de la Visita: Para evitar largas esperas o sobrecargas, planifica cuánto tiempo estarán allí. Si sabes que se concentra mejor en la mañana, elige ese horario.

  • Mochila Esencial: Lleva objetos que le aporten seguridad, como un juguete preferido o auriculares con cancelación de ruido si es sensible a sonidos fuertes.


3.2. Actividades dentro del Parque


  • Zona de Juegos Estructurados: Mostrarle cómo funciona cada juego, fomentando la imitación (“Mira, sube despacio las escaleras, luego siéntate en el tobogán…”). Ayúdale a practicar turnos cuando haya otros niños esperando.

  • Ejercicios de Integración Sensorial: Explícale cómo balancearse en un columpio, pidiéndole que exprese si le gusta o no. Observa sus reacciones, manteniendo un equilibrio entre aventura y seguridad.

  • Fomentar las Relaciones Sociales: Incentiva los saludos a otros niños, aunque sean breves. Si tu hijo no inicia, ayúdalo con frases modelo (“¿Quieres jugar?”). Celebra cada interacción exitosa.


3.3. Manejo de Crisis o Sobrecargas en el Parque


  • Señales de Agobio: Algunos niños con autismo se muestran inquietos, se tapan los oídos o comienzan a llorar ante estímulos abrumadores. En estos casos, llévalo a un lugar tranquilo (un banco apartado, por ejemplo) y ofrécele un juguete o actividad relajante.

  • Técnicas de Calma: Una respiración profunda guiada, un abrazo firme (si lo tolera) o tararear su canción favorita pueden ayudar a regular sus emociones.


4. De Visita a un Familiar: Acompañando la Interacción Social


4.1. Preparación en Casa


Visitar a familiares puede resultar estresante si el niño no está acostumbrado a entornos nuevos o a la presencia de muchas personas:


  • Conversar de Antemano: Explica en palabras sencillas a dónde irán, a quién verán y qué podrían hacer allá (jugar con primos, comer un pastel, etc.). Si el familiar es de confianza, pídele que envíe alguna foto o nota para que el niño los reconozca.

  • Planificar la Duración: Acuerda con la familia el tiempo aproximado de la visita. Considera ir en momentos de menor afluencia o cuando sepas que tu hijo estará más receptivo.


4.2. Estructurando la Visita


  • Apoyos Visuales: Lleva un pequeño tablero con pictogramas que representen acciones como “saludar”, “comer”, “decir adiós”, para que el niño sepa la secuencia social.

  • Mantener un Espacio de Retiro: Habla con tus familiares para que asignen un lugar tranquilo, sin ruidos ni luces fuertes, donde el niño pueda refugiarse en caso de sentirse abrumado.

  • Sugerir Juegos Compartidos: Si el niño está dispuesto, pueden organizar juegos sencillos que no requieran muchas reglas (rompecabezas, contar cuentos, etc.). Explica a los familiares que eviten forzar el contacto si el pequeño no se siente cómodo.


4.3. Favoreciendo la Comunicación y la Comprensión


  • Modelado Familiar: Pide a los adultos que se comuniquen con calma y claridad, evitando hablar muy rápido o interrumpirse entre sí. Un ambiente sereno reduce la ansiedad y facilita la adaptación del niño.

  • Tolerancia a la Conducta Diferente: Informa a tus familiares que ciertas conductas repetitivas o falta de contacto visual son parte de la forma de expresarse del niño. Esto ayuda a generar empatía y evita comentarios juiciosos.




5. Técnicas de Regulación Emocional y Sensorial


5.1. Signos de Estrés y Sobreestimulación


Tanto en casa como durante salidas o visitas, es fundamental reconocer las señales que indican que tu hijo requiere una pausa o intervención:


  • Aumento de la irritabilidad y conductas repetitivas.

  • Evitar la mirada y aislamiento.

  • Movimientos de balanceo o autoestimulación.

  • Sonidos o chillidos inusuales.


5.2. Herramientas de Regulación


  • Objeto de Confort: Un juguete, manta o peluche preferido puede funcionar como ancla de seguridad. Llévalo siempre en la bolsa de viaje o en la mochila.

  • Actividades de Respiración: Mostrarle, con tu ejemplo, cómo inhalar por la nariz y exhalar lentamente por la boca. Hazlo mientras cuentas hasta 5 y luego repites.

  • Estímulos Sensoriales Positivos: Música suave, masajes con pelotas pequeñas o el contacto con texturas agradables suelen calmar la ansiedad.


6. Fomentando la Autonomía y la Conexión Familiar


6.1. Tareas Sencillas para Fortalecer su Autoconfianza


A partir de los 3 años, los niños con autismo pueden beneficiarse al encargarse de pequeñas responsabilidades:


  • Ayudar en la Cocina: Lavar frutas, amasar masa, siempre con supervisión.

  • Organizar su Mochila: Guardar o buscar el objeto que necesite para salir.

  • Elegir su Ropa: Presenta dos opciones claras, de modo que se sienta partícipe en la decisión.


6.2. Creando Vínculos Significativos

  • Tiempo de Juego Compartido: Dedica un rato cada día para jugar uno a uno. Permite que el niño dirija la actividad o elija su juguete preferido, reforzando lazos de confianza.

  • Imitación y Refuerzo Positivo: Imitar lo que tu hijo hace (un movimiento, un sonido) y animarle a que imite lo que haces tú facilita la interacción y la comprensión mutua.


7. Manejo de Crisis: Convirtiendo los Retos en Aprendizajes


7.1. Entender la Conducta

Las llamadas “crisis” o “berrinches” pueden ocurrir cuando el niño se siente sobrepasado por estímulos o emociones:


  • No Confundir con Rebeldía: Generalmente, la crisis no es un acto de desobediencia, sino un indicativo de que el niño no logra gestionar lo que siente o percibe.

  • Mantener la Calma: Tu serenidad durante la crisis enseña cómo reaccionar ante la adversidad. Evita gritar o mostrar frustración excesiva.


7.2. Técnicas de Afrontamiento

  • Reducción de Estímulos: Retira al niño de la situación que le provoca ansiedad (muchas voces, lugares estrechos, música alta).

  • Comunicación Clara: Háblale con tono pausado, usando oraciones breves como “Estás bien, estoy aquí contigo”. Usa lenguaje corporal calmado.

  • Tiempo Fuera Positivo: Aléjalo a un espacio seguro y familiar, donde pueda recuperarse sin castigo ni regaños. Ofrece un juguete tranquilo o un objeto que sea reconfortante.


8. Conclusión: Creando Experiencias Positivas en Cada Contexto


Desde la comodidad de tu hogar, pasando por la emoción de una tarde en el parque, hasta la expectativa de una visita familiar, tu hijo con autismo puede vivir múltiples oportunidades de aprendizaje y disfrute si se cuenta con la anticipación y las estrategias adecuadas. Cada experiencia —aunque aparentemente pequeña— nutre su autonomía, su comunicación y su capacidad de relacionarse con el entorno.


Recuerda que la flexibilidad, la paciencia y la observación constante son tus mejores aliadas. Cada niño en el espectro autista tiene su propio ritmo y preferencias sensoriales, por lo que ajustar las pautas a su individualidad es fundamental. Si te resulta difícil manejar situaciones específicas, no dudes en contactar a profesionales especializados (terapeutas ocupacionales, psicólogos, educadores) que pueden ofrecerte planes de intervención personalizados.


Al final, lo más importante es ver cada salida de casa y cada interacción social como una oportunidad para reforzar la conexión emocional con tu hijo, cultivar su confianza y brindarle un entorno seguro donde explorar el mundo a su manera. Así, juntos, convertirán la rutina diaria en una experiencia enriquecedora y llena de momentos memorables.

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